¡No necesito un Psicólogo!... ¿o sí?

¡NO NECESITO UN PSICÓLOGO!... ¿O SÍ?
Psic. José Manuel Sánchez Durón
Depsic Psicología y Alto Rendimiento S.C.


      Hace unos días salí a tomar un café con una amiga en conocido lugar del centro de la ciudad. Mi amiga llegó acompañada por una compañera de su trabajo y al presentarnos le dijo que yo me dedicaba a la Psicología. La compañera de mi amiga se interesó en este tema y entonces me preguntó: “¿cuándo necesita una persona buscar a un psicólogo?”.

       En varias ocasiones he escuchado esta pregunta y hasta puedo decir que ya estoy “acostumbrado” a responderla. De hecho, hasta he aprendido a reconocer ciertas señales faciales y corporales que demuestran muchas de las personas que me hacen la pregunta. En la mayoría de los casos (hablo de mi experiencia personal) las personas parecen informarme que, aunque no saben con certeza qué hace un psicólogo o cuándo es recomendable buscarlo, aún así intuyen que lo necesitan. Esto no me extraña. Las personas experimentamos necesidades, enfrentamos problemas y pasamos por situaciones difíciles en nuestras vidas. Y cuando tenemos por lo menos un poco de información respecto a algún profesional que brinde ayuda, aunque no conozcamos los detalles de lo que hace, consideramos seriamente la posibilidad de que pueda ayudarnos a sentirnos mejor. 

      Así que le respondí a mi nueva amiga que pueden existir varias razones para decidir acudir con nosotros los psicólogos. Entre éstas se encuentran las de sentir que algo no camina bien en nuestra vida o que hemos “perdido el rumbo”, como cuando no nos parece claro qué decisiones debemos de tomar o cuando ni siquiera tenemos claro lo que queremos hacer o buscar en nuestra vida. Si tomamos en cuenta que la vida nos va enfrentando a tantas y tan diversas circunstancias entonces tiene sentido suponer que nuestra estabilidad podría verse comprometida en más de una ocasión. Y esto no es necesariamente algo malo, sino normal.  En todo caso, cuando esto ocurra viene bien el contar con algún profesional que nos brinde orientación y guía. 

 
  Otra situación que a mi juicio justifica la decisión de buscar ayuda psicológica es la de experimentar algún problema o malestar más específico, alguna situación que perjudica a la persona y que interfiere en su vida cotidiana. Así, podemos mencionar como ejemplos los síntomas relacionados al estado de ánimo (depresión, irritabilidad, ira, temores, culpas, etc.), problemas en las relaciones interpersonales (fobia social, introversión, timidez, problemas de pareja, etc.), desarrollo de hábitos que repercuten en la salud (tabaquismo, alcoholismo, fármaco dependencia, etc.), alteración del autoconcepto (menosprecio hacia sí mismo, descalificación ó exaltación de las cualidades personales), disminución en la capacidad para rendir adecuadamente en algún ámbito de la vida (laboral, sexual, deportivo, etc.). En fin, situaciones diversas que nos impiden sentirnos plenos y satisfechos. 

     Finalmente, diré que existe un tercer criterio para solicitar los servicios de un psicólogo. Como usted podrá notarlo, en los ejemplos de situaciones que ya he comentado me he referido a casos en lo que una persona puede no sentirse cómoda, situaciones de malestar e inconformidad. Sin embargo, los beneficios de recurrir al asesoramiento psicológico no se limitan a dichas situaciones. También puede ocurrir que una persona se encuentre estable y aun así busque sentirse mejor. Pensemos en los casos de un individuo que quiere conocerse a sí mismo a mayor profundidad, o de quien quiere seguir desarrollando sus habilidades laborales o sociales, o de quien busca explorar nuevas posibilidades amorosas con su pareja, etc. Los ejemplos abundan. En todos estos casos la Psicología también tiene amplia cabida. La Psicología es una ciencia que se interesa por estudiar, analizar, comprender y predecir el comportamiento, entendiendo por este último todo el conjunto de acciones que realiza una persona en los diferentes ámbitos en los que se desenvuelve. A los psicólogos nos interesa entender cómo y por qué se comporta la gente de la manera en que lo hace. Y nuestros conocimientos nos permiten desarrollar diferentes estrategias para ofrecer a la gente que nos busca. Pero en ningún lugar está escrito que debamos preocuparnos solamente por lo casos en los que sea necesario corregir, modificar, curar o inhibir lo que “no funciona bien” en el comportamiento de una persona. También nos interesa hacer algo para fortalecer, estimular, incrementar “lo que ya funciona”. 

      Así que al psicólogo puedes acudir ya sea porque consideres que te caería bien un poco de ayuda para solventar una situación que te ha desestabilizado o bien para fomentar el bienestar que ya experimentas. En ambos casos un psicólogo tendrá algo que aportar a tu desarrollo personal. 


    Afortunadamente la sociedad conoce un poco más de nosotros los psicólogos de lo que conocía hace algunos años. Pero desafortunadamente aún existe mucha ignorancia al respecto. Pero creo que hemos ganado un terreno importante gracias a que las personas que nos han visitado han logrado eliminar sus propios tabúes y han comenzado a hacernos de buena fama. Si aún no has tenido la oportunidad de visitarnos, reflexiona un poco en lo que te he dicho aquí y plantéate la posibilidad de hacerlo. Lo único que te recomiendo es que si decides acercarte con algún psicólogo lo hagas con alguien que en verdad posea un título universitario expedido por una Universidad reconocida del país. 

      Tengo que reconocer que en la actualidad nuestra profesión se ha visto seriamente dañada por instituciones que sin poseer un reconocimiento ni validez oficial ofertan estudios para aspirantes interesados en cursar una carrera profesional. La realidad es que la calidad de los estudios en tales “escuelas” es deficiente, mediocre y poco regulada. Afortunadamente todos podemos reconocer cuáles universidades de nuestras ciudades cuentan con la tradición y seriedad en las que podemos confiar nuestra salud. 

    También debemos estar alertas para los casos de gente que cree que por tener un curso de Psicología ya está capacitada para brindar servicios psicológicos. Conozco casos de ingenieros, médicos, profesionistas de las áreas económicas o humanistas que toman cursos de psicoterapia y luego se promocionan como profesionales de un área que no dominan. Esto me parece peligroso. El conocimiento psicológico no se adquiere en un curso sino que amerita toda una carrera y sobretodo una curiosidad permanente por seguir aprendiendo. El conocimiento psicológico no se refiere a aprender una o dos técnicas para atacar un padecimiento. Esto es una caricatura. El conocimiento psicológico se refiere a escudriñar en los complejos procesos que determinan las reacciones un individuo, y esto no es nada sencillo que se logre captar en un curso de psicoterapia, coaching, PNL, counseling, etc. Tu bienestar psicológico es algo tan relevante para tu vida que requiere ser atendido solamente por quien cuente con la preparación adecuada.   

¿Deseas una consulta psicológica o sabes de quien pueda necesitarla? Estamos a tus órdenes.