Un brazo para cruzar el cielo

UN BRAZO PARA CRUZAR EL CIELO
 
Psic. José Manuel Sánchez Durón
 
 Transcurre un minuto llevando a cuestas 60 breves segundos. Y pasa otro y luego otro. Cuando menos acuerda, los minutos formaron una hora y ella sigue en la pista. En esa pista que ha sido testigo de su esfuerzo, su dedicación y su entrega durante el tiempo que le ha llevado prepararse para llegar a la cita final. Si es verdad que existen citas con el destino la de mañana es, sin duda, una cita de esa clase.
Abigail, “Abi” ó “campeona”, es una competidora que se ha moldeado a sí misma. Nacida bajo la estirpe veracruzana, de un pueblo que ha demostrado históricamente su bagaje en la lucha y el desarrollo cotidiano, Abi encontró en la jabalina la compañera ideal para sus aventuras y su caminar por el mundo. Muy pronto descubrió que serían la pareja ideal. Y no se equivocó, a la fecha ha logrado convertirse en una de las promesas del deporte nacional gracias a todos los logros que la han colocado en el medallero en repetidas ocasiones.
Cuando yo la conocí me di cuenta rápidamente de que se trataba de una competidora excepcional. Serena al hablar y con el brillo en la mirada que acostumbran las y los ganadores. Cuando le hablas a Abi sabes que ella analiza a detalle tus palabras, y cuando la escuchas sabes que lo que dice tiene mucho sentido. Lo dice una atleta que ha sabido sortearse las dificultades y retos que le ha impuesto su existencia y que a la vez ha salido triunfante en las batallas de la vida. Acostumbrada a pelear para ganar, ella sale a competir a la pista sintiéndose en su propio hábitat.
A fuerza de ser sincero diré que su gran trayectoria no debería de asombrarnos ya que es congruente. Desde mi punto de vista, un buen resultado deportivo asombra cuando no se le espera, o cuando se pensaba que era casi imposible lograrlo. En cambio, un buen resultado deportivo se “espera” cuando el(la) atleta que lo obtiene ha demostrado suficiente dedicación y talento como para merecerlo. En este último caso, un buen resultado que es el producto de un trabajo comprometido es un hecho congruente. Pues bien, quienes conocemos a Abi y hemos seguido su trayectoria de cerca sabemos que todos sus logros han sido congruentes con su forma de prepararse ya que ella es de las que entregan todo por una causa… su causa.
Por esta razón no me extrañará en lo absoluto que mañana, a la hora de su cita con el destino, el resultado sea una vez más congruente. El deporte es justo con aquéllos que se entregan a él. Y si entregarse significa dedicarle toda una vida llena de sacrificios y preparación constante, entonces tú campeona te has entregado y el deporte te hará justicia. Tu fuerza es tu pasado que te ha convertido en lo que eres, y si mañana necesitas un pequeño empujón para lanzar más lejos, puedes jurar que somos muchos los que estaremos impulsando tu brazo… para cruzar el cielo.