UN POCO, PERO DE MUCHA SUSTANCIA

Por: José Manuel Sánchez D.
El día de ayer leí una entrevista que me dio mucho en qué pensar y reflexionar, que por cierto son dos costumbres de las que deberíamos sacar todo el provecho a diario. La entrevista en cuestión apareció en una página web deportiva y me permití adjuntar el link en mi cuenta de facebook así que queridos lectores pueden localizarla ahí.
En esta entrevista el D.T. Daniel Guzmán habla del proceso que inicia en la dirección técnica del Club Puebla de nuestra liga de fútbol nacional. Aunque los que nos apasiona el deporte podamos leer multitud de entrevistas a diario, para mí lo más sustancial es, valga la redundancia, detenerse justamente en lo esencial del mensaje del entrevistado (o como diría mi querida mamá: en la “sustancia”).
Si sabemos leer con detenimiento nos daremos cuenta que a lo largo de una entrevista pueden aparecer mensajes trascendentes dignos de degustación intelectual. Daniel no es la excepción. Para no extenderme demasiado me concentraré en cuatro ideas que merecen mención.
Primero.- Daniel sugiere ir a lo básico, a los fundamentos, al “A,E,I,O,U”. No debemos olvidar que el deporte es una manifestación excelsa de las cualidades psico-motrices y capacidades físico/coordinativas de un atleta, exhibidas en situaciones de apremio. El resultado es un desempeño tan complejo que en ocasiones puede “distraer” la atención de un entrenador en el sentido de querer enfocar el trabajo inmediatamente hacia la excelencia. Obviamente la “excelencia” ha de ser una de las metas del entrenamiento, pero NO EL PUNTO DE ARRANQUE. Para hacer las cosas “muy bien” primero hay que hacerlas “bien”, y antes de poder hacerlas “bien” hay que “poder hacerlas”, y antes de “poder hacerlas” hay que por lo menos “intentarlas”. Por ello, Daniel nos proporciona un gran mensaje: los cimientos siempre sostienen al edificio.
Segundo.- Se dice en la entrevista que “en dos días no es posible que cambie toda la mentalidad del jugador”. Cuánta certeza hay en ello. Los procesos “mentales” o “psicológicos” o “psíquicos” son ante todo eso: PROCESOS. No existe proceso que sea inmediato, mucho menos una modificación en el modo de comportarse o de reaccionar de un ser humano, jugador o no. Modificar un proceso psicológico es una labor de paciencia, tacto y sobretodo de tomar las decisiones acertadas en su trato diario en cancha, en vestidor o donde sea.
Tercero.- Daniel afirma que “respeta mucho a este equipo”. Esto debería de ser el requisito número para aspirar a cualquier puesto de trabajo: RESPETAR EL LUGAR DE TRABAJO. Veámoslo así: cuando respetamos a una persona querida, nos esforzamos porque esté bien, no la ofendemos, la protegemos, estamos cerca, aprendemos de ella, etc., porque el respeto hace que en nuestro esquema de valores esa persona ocupe un lugar especial. Ello también aplica para un equipo o Club. Cuando se respeta un equipo no se toman las cosas a la ligera sino que se hacen de verdad con esmero. Es la muestra de que el Club no es solo un trabajo, o como dirían algunos: “una chambita”. Es un compromiso, y eso es algo que desafortunadamente no se ve a diario.
Cuarto.- “Ahora soy entrenador 24 horas y cuido todos los aspectos a fondo”. Bien dice el refrán: “el que tenga tienda que la atienda”, lo cual se traduciría al ámbito futbolístico más o menos así: “el que tenga un equipo que planee, entrene, diseñe, se prepare, improvise, organice, viaje, apunte, ajuste, corrija, enseñe, corrija otra vez, consienta, regañe, apapache, corrija una vez más, se desvele, ría, grite, etc., etc., etc., … y corrija”. Las grandes responsabilidades implican gran dedicación, y la dedicación exige tiempo. Es como viajar en una nave espacial de la NASA al planeta Marte con la misión de transportar al robot Curiosity. No puedes darte el lujo durante el viaje de ser astronauta medio día y luego tomarte la tarde para ver cómo se aprecia la tierra sin ti. Debes de ser astronauta las 24 hrs. del día y atender el curso de la nave, la comunicación con la NASA, el funcionamiento del robot y, por si fuera poco, atender tus necesidades y las de tus compañeros. Vaya viaje, ¿no crees?
En resumen de todo esto, creo que la disposición es el primer paso para aprender. Una “simple” entrevista puede dejarnos grandes enseñanzas si sabemos detectar lo importante o incluso “leer entre líneas”. Sé que los mensajes que Daniel comparte son producto de su propia historia que sigue escribiendo y que seguramente le sacarán adelante en esta gran aventura.
Afortunadamente no solo su costal es fino, sino también el material con que lo llenará y los cargadores que, desde la cancha, a sol y a sombra, le ayudan a levantarlo cada mañana.